noviembre 24 2017 0comentarios

CASA PASSIVHAUS

Passivhaus: eficiencia energética garantizada

Nacido en Alemania hace más de dos décadas, el estándar Passivhaus es un concepto de construcción que busca obtener el máximo confort a través de una elevada eficiencia energética.

El estándar promueve la construcción de viviendas de alta eficiencia energética mediante un gran aislamiento térmico, un riguroso control de filtraciones, y una elevada calidad del aire interior. Además, en la medida de lo posible, se intenta reducir el consumo de energía mediante las ganancias solares en invierno y con procedimientos de refrigeración pasiva en verano. Todas estas medidas permiten reducir el consumo energético entre un 70% y un 90% (en comparación con construcciones convencionales y dependiendo de las particularidades del edificio de referencia). Finalmente, si los criterios definidos en el estándar se cumplen el edificio puede ser certificado como Passivhaus o casa pasiva.

Los componentes y sistemas empleados en un edificio de estas características también pueden certificarse por parte del mismo órgano que certifica las edificaciones. Si cumplen con los criterios del estándar y superan los controles realizados por el instituto podrán obtener el certificado de componente para casa pasiva. Este distintivo reconoce la validez del conjunto de soluciones empleadas en el edificio y asegura un alto grado de confort, calidad y eficiencia energética: cerramientos de muy altas prestaciones, una elevada hermeticidad, aislamientos térmicos reforzados, un exhaustivo control de los puentes térmicos, un sistema de ventilación con recuperación de calor. Son los pilares fundamentales de un edificio pasivo.

A día de hoy solo unos pocos fabricantes de materiales y sistemas pueden ofrecer a sus clientes esta distinción en sus productos. El instituto, como agente externo independiente, realiza una estricta auditoría a los componentes (materiales o sistemas) y edificios que se deseen certificar. Sin duda, los elevados estándares de calidad exigidos, y los rigurosos criterios que se deben cumplir, hacen del certificado Passivhaus una distinción sinónimo de calidad y altas prestaciones.

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Diseñados para ahorrar


Los edificios Passivhaus consiguen reducir en un 75% las necesidades de calefacción y refrigeración. La poca energía suplementaria que requieren se puede cubrir con facilidad a partir de energías renovables, convirtiéndose en una construcción con un coste energético muy bajo para el propietario y el planeta.

Este estándar no supone el uso de un tipo de producto, material o estilo arquitectónico específicos sino la optimización de los recursos existentes a través de técnicas pasivas, como por ejemplo un buen factor de forma, que reduzca la superficie en contacto con el exterior para disminuir las necesidades de climatización, una orientación correcta de las ventanas para aprovechar el calor del sol cuando están cerradas y la ventilación natural al abrirlas, o poner protecciones solares que impidan un sobrecalentamiento en verano, etc.

 

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LOS 5 PRINCIPIOS BÁSICOS

 

 

UNO

Excelente aislamiento térmico


Un muy buen aislamiento de la envolvente es beneficioso tanto en invierno como en verano: las paredes exteriores, la cubierta y la solera deben tener una baja transmitancia térmica.

Dependiendo del clima se debe optimizar el espesor del aislamiento térmico en función del coste y de la mejora de la eficiencia energética. Como demostró el estudio Passive-On sobre ejemplos en el clima mediterráneo, los grosores de aislamiento de cerramientos verticales, cubierta y solera variarían en función de las ciudades:

Uno

DOS

Ventanas y puertas de altas prestaciones


Los huecos son el “punto débil” de la envolvente, por lo que se debe poner mucha atención en su ubicación durante el diseño del proyecto, y en su correcta colocación durante la obra.

Las carpinterías utilizadas tienen muy baja transmitancia térmica y las ventanas son de doble o triple vidrio rellenas de un gas inerte. El vidrio es bajo emisivo para reflejar el calor al interior de la vivienda en invierno y mantenerlo en el exterior durante el verano.

Dos

TRES

Ausencia de puentes térmicos


La transmisión de energía no sólo se da en los elementos generales como paredes o techos, sino que también se da en las esquinas, ejes, juntas, etc. Se producen pérdidas o ganancias indeseadas y las temperaturas superficiales en esas zonas suelen ser inferiores a las del resto de la envolvente, pudiendo provocar la aparición de moho.

Se puede construir sin puentes térmicos al:

  1. No interrumpir la capa de aislamiento
  2. Usar un material con la resistencia térmica mayor si se interrumpe la capa de aislamiento
  3. Cuidar las juntas entre elementos constructivos

 

Tres

 

 

 

CUATRO

Hermeticidad al aire


En una construcción convencional, las corrientes de aire que se pueden dar a través de ventanas, huecos o grietas provocan incomodidad en el usuario y hasta condensaciones interiores, particularmente durante los períodos más fríos del año.

En un edificio Passivhaus, la envolvente es lo más hermética posible logrando una eficiencia elevada del sistema de ventilación mecánica. Esto se logra cuidando al máximo la ejecución de las juntas durante la construcción.

La hermeticidad del edificio se mide con una prueba de presión, o ensayo Blower Door, que consiste en crear una diferencia de presión entre interior y exterior a través de un ventilador colocado en la puerta principal. Para cumplir el estándar, el resultado debe ser inferior a 0.6 renovaciones de aire por hora en un diferencial de presión de 50 Pa.

Cuatro

CINCO

Ventilación mecánica con recuperación de calor


Las personas y los electrodomésticos generan calor, éste es reaprovechado por el sistema de ventilación, al precalentar el aire limpio entrante antes de expulsar el aire viciado.

La cantidad de energía necesaria para acondicionar los espacios es tan pequeña que la podríamos cubrir con una pequeña estufa sin necesidad de un sistema convencional de radiadores o suelo radiante, con el correspondiente ahorro económico que ello supone.

En un edificio Passivhaus, con un caudal de aire fresco de aproximadamente 1/3 del volumen de los espacios, podemos aportar unos 10 W/m de calor, y 7 W/m² de frío en el edificio, fijándose un límite en la demanda de calefacción y refrigeración de aproximadamente 15 kWh/(m²a).

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SEVILLAGLASS

Disponemos de personal titulado y certificado para instalaciones PassivHaus

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